Desde el comienzo del confinamiento, el tiempo que pasamos frente a los dispositivos electrónicos es mayor a 9 horas diarias. De acuerdo al estudio “El bienestar personal y el uso de la tecnología en confinamiento” del Observatorio Social de La Caixa, con la pandemia, el uso excesivo de teléfonos móviles, tabletas, videojuegos y ordenadores, y algunos problemas de salud no tardaron en aumentar su frecuencia. Dolor de cabeza, fatiga visual, miopía y dolores de espalda, son sólo algunas de las alteraciones que engloba el concepto de Fatiga digital, una enfermedad desconocida pero muy recurrente
Aunque el aumento del uso de la tecnología digital está generalizado desde hace mucho tiempo, los efectos del COVID-19 lo ha potenciado aún más. Las cuarentenas prolongadas, a la que nos vimos expuestos (as) nos obligaron a modificar gran parte de nuestros hábitos, tanto de trabajo como de ocio. Es elevado el número de personas que debieron y/o deben desempeñar su actividad laboral mediante teletrabajo, lo que implica extensas jornadas diarias frente a una pantalla.
A su vez, el ocio también tuvo que desarrollarse bajo cuatro paredes, como consecuencia, el consumo de televisión también incrementó notoriamente, al igual que el tiempo dedicado a los videojuegos, videollamadas y otras actividades virtuales. Por no mencionar, la lectura en dispositivos digitales, el uso de las redes sociales o el correo electrónico, hábitos que son transversales a cualquier edad.
Es evidente que nuestra visión no permanece impasible ante este contexto. Es más, corremos el riesgo de sufrir una serie de alteraciones englobadas bajo en concepto de fatiga digital y quizás los estás experimentando, pero no sabías que se trata de síntomas asociados a una patología poco conocida pero muy recurrente.
Fatiga digital
La fatiga digital es una enfermedad que afecta a gran parte de la población mundial debido al estilo de vida actual y tiene consecuencias en nuestro cuerpo, tales como: ojos irritados, secos o cansados, dolores de cabeza frecuentes o dolores de espalda por malas posturas. También existen otros efectos negativos, como por ejemplo, una disminución en nuestra productividad, estado de ánimo o problemas de concentración y sueño.
Controlar el tiempo de uso de tus dispositivos, ya sea el móvil, la tablet o el ordenador, no basta para prevenir la Fatiga digital. Si quieres adquirir las herramientas para combatirla adecuadamente pincha aquí
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